01-11-2023

La historia del teatro infantil

La historia del teatro infantil podemos entenderla desde distintas perspectivas, ya sea la inclusión de los niños en la escena teatral o un género dirigido específicamente hacia el público más pequeño. A continuación te ofrecemos un repaso histórico de este subgénero que, desde la Edad Media, ya tiene presencia en la infancia, hasta definirse claramente en España a partir del siglo XIX.

Los vestigios de un teatro infantil medieval

La época medieval es una etapa a veces oscura, sobre todo por la poca información que tenemos de ella, conforme más se aleja en el tiempo. Cuando te acercas a la historia de esos siglos, destacan principalmente las obras religiosas y populares.

En torno al siglo IX se encuentra un teatro que, aunque es representado en ocasiones por niños, con dificultad podemos caracterizarlo como un género dirigido al público infantil. Existe un auge del teatro religioso, orientado a la Navidad, que parece ser más propio para los menores.

En España, la Sibila es representada por niños, sintiéndose al mismo tiempo una cercanía especial hacia estos por tratarse de una época que les genera ilusión: las fiestas navideñas.

El teatro jesuita en Córdoba

Pedro de Acevedo, en 1556, estrena Metanea, una comedia con motivos festivos y dirigida a menores de 12 años en la capital cordobesa. Se sabe que esta práctica de los jesuitas se difundirá en distintos colegios del país, con el fin de exaltar la religión frente a las obras clásicas latinas.

En estas obras destacan los papeles que representan los niños, debiendo hacer personajes adultos. Es normal encontrarte aquí al niño en dos contextos, en el de actor y en el de público.

Siglo XIX: el surgimiento de un teatro infantil didáctico y ocioso

En el siglo XIX, con la aparición de la burguesía, se hace hincapié en valores burgueses en el teatro infantil, donde se pretende influenciar a los menores en la práctica de la honradez, el trabajo y la prudencia. Este subgénero teatral también se dirigirá a la clase más pobre, otorgándole a la escena un toque de diversión, con el fin de captar la atención del espectador.

Se entremezclan influencias populares con las eclesiásticas, dando pie al didactismo con tintes de una moralidad social y religiosa que consiguen compaginarse.

Como contrapartida, vemos que en la época no existe un interés por introducir a este subgénero del teatro como una parte de la literatura dramática, encontrándose así muy limitadas publicaciones al respecto.

En un intento por recopilar estas escenas, surgirán compilaciones como Teatro de los niños o Colección de composiciones dramáticas para uso de las escuelas y casas de educación (Barcelona, 1828), de Juan Nicasio Gallego, o Colección de dramas morales para la instrucción de la niñez y de la juventud (1843), de Luis de Igartuburu, entre otras.

El teatro infantil en los siglos XX y XXI

Entrados en el siglo XX, comienza a existir una conciencia aún más arraigada a un teatro para la infancia. En 1909, Jacinto Benavente publica La toma de conciencia literaria, sirviendo de influencia a la Generación del 27, que tímidamente creará algunas obras para niños.

Teatro infantil institucionalizado

Hay que esperar hasta la Segunda República para encontrarnos con un teatro para la infancia dirigido desde las instituciones, cuyo fin será claramente pedagógico. A partir de los años 40, el franquismo, mediante la Sección Femenina, dará nuevamente impulso a este género, más unido a una perspectiva religiosa.

Desde entonces, las escuelas serán un lugar clave de estas representaciones, donde niños representan para otros niños.

Siglo XXI

En la actualidad, el panorama ha evolucionado. Los adultos han profesionalizado al teatro infantil, dando pie a múltiples variantes, donde la música y la participación del público más pequeño son una realidad.

La historia del teatro infantil ha mostrado una importante evolución, sin abandonar lo didáctico. Solo hace falta ver nuestra web para ver los diferentes tipos de teatro infantil que podemos encontrar: en inglés, con canciones, sin voz, con proyecciones...